Cambio de
compañero o cambio de turno, jiji.
Viene Jordi Estruch,
que apenas a escalado nada por la zona, por lo tanto todo le estará bien y mas
si se trata de vías selectas.
Continúan las calores
así que iremos a la sombra de nuevo, pero esta vez a uno de los santuarios de
la dificultad y con poquísimas vías asequibles. Casiopea en Penya Roc, ojo que
aquí la cosa ya desploma y de lo lindo.
Primeros metros de
roca a vigilar pero mucho mejor de lo que aparenta y de lo que denotan las
lecturas en internet. Rápidamente mejora y nos adentra en todo un mundo de
desplomes, cantos gordos, pasos de bloque, fisuras, diedros y tramos dónde hay
que concentrarse, intuir el itinerario y subir dejando cada vez mas lejos el
último seguro. Roca de calidad y ambiente dignos de la Paret dels Diables, en
Montserrat.
Algunas
graduaciones nos parecen obras de ciencia ficción, por ejemplo el 6b del L4,
salida realmente difícil que resolvemos en artificial como el resto de los
tramos mas a bloque.
El final del L6,
anunciado en la reseña original como 6a+ nos parece un infierno de romos, tras
40 metros muy atléticos y continuos y mas cercano al 6c si lo escalas en libre
y a vista (no es mi caso pero si el de Jordi). En este tramo y otros tantos de
la vía deberemos asegurarnos obligatoriamente a varios clavos de dudosa calidad
y clavados hasta la mitad. Personalmente nunca dejaría un clavo tan dudoso como
seguro fijo, pero la vía no la he abierto yo, así que es lo que hay. Llevar
cordinos para lazar estos clavos y eliminar el alto brazo de palanca. Sin duda,
con el tiempo y repeticiones, irán saltando con el marrón que esto puede
suponer.
A pesar de todo es
una superclásica de Alicante, con cierta dificultad y que no debería perderse
ninguna cordada con nivel medio bueno.
Lástima de la
elevada humedad de ese día, causante de que llegaras a las reuniones empapado
en sudor, pero contento.
Super-ambiente.